Eugenio Trejos y nuevas alianzas políticas para Costa Rica
Osvaldo Durán Castro
Sociólogo. Profesor Esc. Ciencias Sociales-ITCR
En las últimas semanas el TEC ha estado inmerso en un debate álgido a partir de la posibilidad de que Don Eugenio Trejos llegue a ser candidato presidencial. Tanto por la forma como por su contenido, ese careo de posiciones rebasa los límites institucionales. Quiero participar pues siento que es una obligación como trabajador de esta universidad y como costarricense. Creo que la mejor manera de construir en colectivo es externar nuestras opiniones y escuchar, y, ojalá, consensuar, bajo condiciones de respeto mutuo.
Que existan diferencias dentro de una institución como el TEC no es un problema ni una novedad. Las diferencias puestas en debate serio y responsable, pueden generar nuevos escenarios positivos. Pero es institucionalmente grave que el anuncio de una posibilidad, sólo eso, una posibilidad, de que el Rector del TEC sea pre-candidato o candidato presidencial, se convierta en un campo de batalla para literalmente tratar de expulsar al Rector de su puesto. Tal insistencia da cuenta de un nivel insospechado de intolerancia, confusión con respecto de las competencias de cada instancia universitaria e intento de dictar reglas contraponiéndose a lo que está normado para la vida universitaria y para la convivencia nacional.
Inicialmente apuntamos 5 aspectos que nos parece no deben someterse a debate inerte, pues únicamente crean confusiones. Luego hacemos otras consideraciones.
1. No existe ninguna norma legal que estipule la incompatibilidad entre el ejercicio de la rectoría y -por ahora- la posible candidatura presidencial, o de hecho, la candidatura como tal. Esta verdad simple y concisa, es suficiente para comprender que en el TEC no estamos ante un problema jurídico, sino ante un problema político, que tiene alcance nacional.
2. Muchos órganos del TEC, sin que sea su competencia están intentando legislar y dictar bulas sobre lo que debe hacer el Rector o no. Si cualquier instancia del TEC legisla y toma decisiones sin ser su competencia y sin apego a sustento jurídico, estaremos ante un caso concreto de suplantación de poderes. Si un criterio definido a contrapelo de lo legítimo trata de ser impuesto, la persona o instancia afectada está en pleno derecho de desconocer lo que se le imponga. Podemos decir que en un caso como ése la defensa de los derechos de quienes se ven afectados pasa por la desobediencia de cualquier mandato espurio. La imposición de un criterio o posición ni siquiera califica como ley a la cual se puede desobedecer en la concepción de desobediencia civil heredada de la democracia liberal siguiendo la línea de Henry D. Thoreau. La suplantación de poderes es, de por sí, un acto de ilegalidad, y como tal debe ser desconocido. Esta es una regla social de larga data: «Cuando el pueblo está oprimido, cuando ya no le queda más que a sí mismo, sería un cobarde quien no le dijese que se levantase. Cuando todas las leyes han sido violadas, cuando el despotismo ha llegado al límite, cuando se pisotea la buena fe y el pudor, entonces el pueblo ha de rebelarse. Ha llegado el momento» Francia, 1773.
3. Eugenio Trejos no ha cometido ninguna falta que amerite sanción alguna. Su anuncio sobre la posible candidatura, sin embargo, desató un huracán, que hace ver más bien algo así como "la nueva oportunidad que estábamos esperando para sacarlo". Quien piense que estamos ante un problema intestino, tiene derecho a creerlo. Pero esa cavilación no sería más que una ingenua ocurrencia. Una parte de quienes dentro del TEC están empeñados en sacar al Rector, podrán también ser sincero-as cobrándole factura al Rector por sus faltas como funcionario institucional. Pero el fondo del asunto salta los linderos del TEC. La factura es política. A Eugenio Trejos le están cobrando su papel en la lucha contra el TLC. Hay que decirlo así, pues "el primer paso hacia el conocimiento, como dice el proverbio chino, es llamar a las cosas por su nombre", nos recuerda Antonio Casado da Rocha. Esa oportunidad que mucho-as estaban esperando les llegó con la posibilidad de que el Rector sea candidato presidencial. Esta posibilidad tiene un punto focal en lo propiamente institucional, que, como hemos visto, se ha tratado de resolver de manera autoritaria y peligrosa. Se están forzando los mecanismos y las leyes internas, tratando de tomar decisiones en instancias que no corresponde y sin sustento jurídico. Todo esto constituye además, una clara violación de la autonomía universitaria, en tanto no es un problema exclusivo del TEC.
En las últimas semanas el TEC ha estado inmerso en un debate álgido a partir de la posibilidad de que Don Eugenio Trejos llegue a ser candidato presidencial. Tanto por la forma como por su contenido, ese careo de posiciones rebasa los límites institucionales. Quiero participar pues siento que es una obligación como trabajador de esta universidad y como costarricense. Creo que la mejor manera de construir en colectivo es externar nuestras opiniones y escuchar, y, ojalá, consensuar, bajo condiciones de respeto mutuo.
Que existan diferencias dentro de una institución como el TEC no es un problema ni una novedad. Las diferencias puestas en debate serio y responsable, pueden generar nuevos escenarios positivos. Pero es institucionalmente grave que el anuncio de una posibilidad, sólo eso, una posibilidad, de que el Rector del TEC sea pre-candidato o candidato presidencial, se convierta en un campo de batalla para literalmente tratar de expulsar al Rector de su puesto. Tal insistencia da cuenta de un nivel insospechado de intolerancia, confusión con respecto de las competencias de cada instancia universitaria e intento de dictar reglas contraponiéndose a lo que está normado para la vida universitaria y para la convivencia nacional.
Inicialmente apuntamos 5 aspectos que nos parece no deben someterse a debate inerte, pues únicamente crean confusiones. Luego hacemos otras consideraciones.
1. No existe ninguna norma legal que estipule la incompatibilidad entre el ejercicio de la rectoría y -por ahora- la posible candidatura presidencial, o de hecho, la candidatura como tal. Esta verdad simple y concisa, es suficiente para comprender que en el TEC no estamos ante un problema jurídico, sino ante un problema político, que tiene alcance nacional.
2. Muchos órganos del TEC, sin que sea su competencia están intentando legislar y dictar bulas sobre lo que debe hacer el Rector o no. Si cualquier instancia del TEC legisla y toma decisiones sin ser su competencia y sin apego a sustento jurídico, estaremos ante un caso concreto de suplantación de poderes. Si un criterio definido a contrapelo de lo legítimo trata de ser impuesto, la persona o instancia afectada está en pleno derecho de desconocer lo que se le imponga. Podemos decir que en un caso como ése la defensa de los derechos de quienes se ven afectados pasa por la desobediencia de cualquier mandato espurio. La imposición de un criterio o posición ni siquiera califica como ley a la cual se puede desobedecer en la concepción de desobediencia civil heredada de la democracia liberal siguiendo la línea de Henry D. Thoreau. La suplantación de poderes es, de por sí, un acto de ilegalidad, y como tal debe ser desconocido. Esta es una regla social de larga data: «Cuando el pueblo está oprimido, cuando ya no le queda más que a sí mismo, sería un cobarde quien no le dijese que se levantase. Cuando todas las leyes han sido violadas, cuando el despotismo ha llegado al límite, cuando se pisotea la buena fe y el pudor, entonces el pueblo ha de rebelarse. Ha llegado el momento» Francia, 1773.
3. Eugenio Trejos no ha cometido ninguna falta que amerite sanción alguna. Su anuncio sobre la posible candidatura, sin embargo, desató un huracán, que hace ver más bien algo así como "la nueva oportunidad que estábamos esperando para sacarlo". Quien piense que estamos ante un problema intestino, tiene derecho a creerlo. Pero esa cavilación no sería más que una ingenua ocurrencia. Una parte de quienes dentro del TEC están empeñados en sacar al Rector, podrán también ser sincero-as cobrándole factura al Rector por sus faltas como funcionario institucional. Pero el fondo del asunto salta los linderos del TEC. La factura es política. A Eugenio Trejos le están cobrando su papel en la lucha contra el TLC. Hay que decirlo así, pues "el primer paso hacia el conocimiento, como dice el proverbio chino, es llamar a las cosas por su nombre", nos recuerda Antonio Casado da Rocha. Esa oportunidad que mucho-as estaban esperando les llegó con la posibilidad de que el Rector sea candidato presidencial. Esta posibilidad tiene un punto focal en lo propiamente institucional, que, como hemos visto, se ha tratado de resolver de manera autoritaria y peligrosa. Se están forzando los mecanismos y las leyes internas, tratando de tomar decisiones en instancias que no corresponde y sin sustento jurídico. Todo esto constituye además, una clara violación de la autonomía universitaria, en tanto no es un problema exclusivo del TEC.
4. Todo-a ciudadano-a -a legalmente apto-a- tiene pleno derecho de responder positivamente una invitación a ser candidato-a a puestos de elección, incluida la candidatura para presidente. Si alguien tienen objeciones y puede fundamentarlas, pues deberán ser atendidas en la instancia que corresponde. Caso contrario, no existe problema alguno.
5. Es absolutamente justo que la comunidad universitaria desee saber qué hará el Rector con respecto de los ofrecimientos que ha recibido de diversas fuerzas políticas para ser candidato presidencial. Pero eso es distinto de dictarle al Rector qué es lo que debe hacer. A partir de lo que decida el Rector, cada quien en la comunidad universitaria, y en el país, podrá adoptar posición. Esperemos que bajo normas de respeto y convivencia.
Una nueva oportunidad para Costa Rica.
6. Hay un foco de atención universitaria, pero otro foco de mayor cuidado es el siguiente: ¿se han detenido a pensar quienes piden el patíbulo para Eugenio Trejos, sobre la trascendencia en la historia nacional que significa que un Rector de una Universidad pública sea candidato a la presidencia de la República? En términos genéricos eso no dice mucho, pero en términos de la historia reciente de este país, la posibilidad de que una persona en particular, llamada Eugenio Trejos, sea candidato presidencial, coloca al TEC y al pueblo de Costa Rica en una condición de privilegio histórico. La virtud de Eugenio Trejos como posible candidato es que no representa un partido en particular, aunque formalmente llegue a ser el candidato de un partido. Eugenio Trejos personifica el movimiento social más amplio, inclusivo y desafiante de la historia nacional. Eugenio Trejos fue depositario de la mayor confianza colectiva jamás puesta en alguien en este país.
7. Podemos resumir la convicción colectiva retomando algunos elementos del movimiento social del NO. Recién pasado el referendo del TLC el Comité patriótico nacional se definió explicando que "somos una nueva forma de organización independiente, autónoma, incluyente, no partidaria, respetuosa de la diversidad, que lucha activamente por vías no violentas, que cree en todas las formas de resistencia civil, que recupera la dignidad, el respeto y la ética personal y colectiva, y que además propone y actúa para construir un nuevo país verdaderamente incluyente, equitativo y solidario". Quienes participamos de lleno en la lucha contra el TLC, nos dimos cuenta cómo, en cada rincón del país, se recuperó la posibilidad de construir, efectivamente, una sociedad y un país nuevo. Ése movimiento social contó con Eugenio Trejos a tal grado que depositó en él la confianza de muy diversos actores sociales organizados y no organizados, pero coincidentes en la urgencia de impedir una mayor destrucción de la sociedad costarricense.
8. Es lamentable que hoy dentro del TEC, algunos sectores y grupos, en vez de aprovechar la oportunidad de contribuir con la comunidad nacional, emprendan una campaña a la mejor manera del inquisidor Bernardo Ui. Unas elecciones pueden ser un proceso educativo y de verdadera e inteligente democracia incluyente, en lo cual la comunidad universitaria, como grupos y como personas, podría contribuir. El derecho a la participación real es uno de los temas de fondo que acá está en cuestión. La forma en que los y las ciudadanas lo hagan está debidamente normado en Costa Rica (aunque muchas leyes sean injustas y discriminatorias, pero eso es otra materia). El intento de execrar al Rector es más grave aún, pues desde afuera se está insuflando para la "guerra" interna y pareciera que un segmento de la academia no se está dando cuenta que está ayudando directamente al bloque político que controla despóticamente a Costa Rica. Este país camina (aún más) aceleradamente hacia una clara derechización autoritaria y neoliberal, cuyo-as perdedore-as seguro-as seguirán siendo las personas más pobres nuestro pueblo. Otra parte de la academia sí se da cuenta del ligamen entre esta deseada y aparente crisis intestina y su impacto nacional. Sacar a Eugenio es parte de la estrategia electoral del bloque que se articuló en el Sí.
9. El TLC nos dividió aparentemente como sociedad. Pero como pueblo, Costa Rica demostró una capacidad y talento colectivo sin precedentes. La tradición de tolerancia y convergencia -sin convertir éstas en ingenuidad política- pesó más que el fraude mediático y en las urnas que le arrebataron al movimiento social del NO su triunfo en el referéndum. Lo que los Comités patrióticos, como expresión del movimiento social más grande en la historia de Costa Rica, compartimos y le confiamos al Rector del ITCR no fue poco. Podemos resumir algunos aspectos relevantes:
· compartimos la búsqueda de consensos porque eso nos obliga a desarrollar las capacidades de diálogo, construcción colectiva y encuentro. Nos permite además perder el miedo a exponer las discrepancias porque más bien nos ayuda a superar los temores y allanan el camino para recuperar las coincidencias sobre las cuales podemos crear conjuntamente.
· Compartimos la necesidad de de-construir, re-construir, re-fundar las formas de pensar, actuar, movilizar con visión estratégica sobre un modelo de país y de sociedad.
· Recuperamos nuestro derecho y capacidad de pensar y soñar en una Costa Rica verdaderamente inclusiva.
· Compartimos la convicción de que no podremos construir nada nuevo, ni alternativo, ni propositivo, ni menos con vocación de poder y voluntad política, desde esquemas de organización y visión tradicional, etc.
· Comprendimos que se requiere refundar nuestras maneras de pensar, hacer, organizar, informar, comunicar, abrir espacios, trabajar en colectivo, aceptar o al menos recibir las verdades de las demás personas, con la idea de construir sumando, recuperar la capacidad de dialogar, disentir, ceder, acompañarse, etc. Esas son condiciones mínimas indispensables para construir algo a partir de la maravillosa indignación expresada en la lucha contra el TLC, tanto antes del 7 de octubre como luego el fraude que se consumó ese día.
10. Si aceptamos que una situación caótica conduce a nuevos escenarios positivos, podremos aceptar que uno de los grandes aprendizajes de la lucha contra el TLC y su Agenda de implementación, fue que quienes defendimos a Costa Rica estamos unida-os por el sueño de crear y vivir en una sociedad solidaria, justa y humanitaria, que supere el modelo neoliberal. Esa aspiración la habíamos resumido en el objetivo superior de "Contribuir desde los CP a la generación de propuestas e impulso de un modelo de sociedad incluyente y solidaria para impida la implantación del modelo de sociedad excluyente que implica el neoliberalismo en sus distintas expresiones".
11. La materialización de ese sueño requiere pensar y actuar. También requiere sumar y trabajar con mucha más gente, y eso de por sí nos obliga a mayor responsabilidad individual y colectiva. Cada persona, institución y organización tiene su visión y formas de acción, pero, sumar para ganar y profundizar una opción de poder real alternativo para Costa Rica, nos llama a que aceptemos que nuestra principal fortaleza radicaría en buscar y privilegiar las coincidencias, y en apostar por la capacidad de construcción colectiva, la voluntad, la creatividad, la lucidez e inteligencia colectiva para reconocer las oportunidades, y por permitirnos la tolerancia entre todas las personas que soñamos y daremos todo por ese nuevo país. Eso es lo que está de fondo en la discusión sobre si Eugenio Trejos es expulsado o no de la Rectoría del TEC.
12. Si el TEC es parte de la institucionalidad educativa de Costa Rica, vale la pena preguntarnos qué hubieran hecho y cómo hubieran actuado los y las próceres de la educación costarricense. ¿Se habrían quedado Ema Gamboa, Carmen Lyra, Joaquín García Monge, Adela Ferrero, Omar Dengo y un extenso etc, impasibles ante la destrucción del país? ¿Se habrían quedado "de espalda a la vida" como dijo Debravo? Yo creo que cada uno-a de ellas se habría identificado plena e incondicionalmente con Eugenio Trejos por su compromiso sin miedo con Costa Rica, tanto en la lucha contra el TLC, como en esta nueva coyuntura electoral, que es la etapa de trabajo siguiente.
13. Un aspecto positivo más, es que la confianza depositada en Eugenio Trejos por el pueblo que se articuló en el NO, es muestra clara de la búsqueda de nuevas formas de hacer y pensar en política en Costa Rica: horizontal, incluyente, respetuosa de la diversidad, con vocación de diálogo, con capacidad para rebuscar las coincidencias, con disposición de convergencia. Por éstas y otras razones que luego pueden exponerse, es que el anuncio de una posible candidatura de Eugenio, ha desatado semejantes remolinos.
1 comentario:
Una muy buena optica. Muy buen articulo.
Publicar un comentario